Hace poco

Hace poco tiempo, andaba por no sé dónde, Arauca, mucho más allá, no sabía si estaba en Colombia o Venezuela, con unos 70 nativos, en extinción. Nunca me había tocado ver a un pueblo morir, que se desaparezca su lengua, una tradición milenaria. Pero los sentía como yo. Quizás la mirada más profunda, más triste, que ya no entendía, no querían entender, el porqué del porqué. Ya no.

Hace poco estaba en el sur de Colombia, cerca de San Francisco de Assis, filmando los niños soldados, o los ex-niños soldados, que habían salido del reclutamiento forzado.

Hace poco estaba mirando el rostro de una mama mirando una fosa clandestina en Mexico donde apareció el brazo de su hija, con su pulsera de niña, de todos los colores.

Hace poco estaba en Fortaleza, mirando la carta de un bar de la playa, que no mencionaba ni refrescos ni cervezas sino niños y niñas “à la carte”.

Hace poco estaba en la favela do Alemán de Rio de Janeiro. La policía acababa de matar à 4 jóvenes a quema ropa. Eran negros.

Hace poco estaba en Riberalta, en Bolivia. Los taxis motoqueros estaban linchando à dos chicas de 15 años en la plaza central. La policía llego a tiempo. Para encarcelarlas y violarlas. No son muertas.

Hace poco estaba en Temuco. La policía acababa de matar a un dirigente campesino mapuche. Tenía 22 años.

Hace poco estaba en Lusaka, con una asistente social. En las discotecas, contaba las niñas y niños, algunos desnudos. Eran más de 250. Ella tenía 12 preservativos, donación de una ONG y la Iglesia seguía prohibiendo el uso de los preservativos.

Hace poco estaba en Cairo. Debajo de los puentes de las autopistas urbanas, vivían centenas de niños de la calle. Nos divertimos jugando futbol a las dos de la madrugada. El árbitro era un policial. Qué raro.

Hace poco estaba en una playa de Sri Lanka. Un padre de la iglesia vendía los niños a los turistas.

Hace poco,

Hace poco,

Hace poco, estaba golpeado, batido …

Hace poco,

Me diste un abrazo

Empezó 2022

¿Qué cambiará?